Querida Familia y amigos de Manos Abiertas
En estos días, estamos comenzando un nuevo Tiempo de Cuaresma, en donde somos invitados a caminar juntos, hacia la Alegría de la Pascua.
Este caminar nos desafía a ir con otros al mismo paso, encontrando un ritmo acompasado que nos permita en el día a día, ahondar en el Lema 2025: “Conmovidos, servimos en humildad y alegría”, desde la experiencia de la Misericordia que el Dios Padre, no da en abundancia…
Para ayudarnos en este proceso interior, personal y comunitario, les acercamos el Mensaje de Cuaresma del Papa Francisco para quienes desean leerlo completo: Click aquí
Desde el Equipo Nacional Manos Juntas, hemos preparado cimentado en este Mensaje del Papa Francisco, tres momentos para que, durante este tiempo cuaresmal, puedan profundizarlo.
Caminemos juntos en la esperanza
1: CAMINAR
Dice el Papa Francisco en el Mensaje de Cuaresma 2025:
“No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos.
Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida.
Cada uno puede preguntarse:
¿cómo me dejo interpelar por esta condición?
¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort?
¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad?
Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide…
2- CAMINAR JUNTOS
Dice el Papa Francisco en el Mensaje de Cuaresma 2025:
“Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios:
Leemos estos versículos de la Carta de San Pablo a los Gálatas 3,26-28:
“Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, ya que todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo. Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús”.
Significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.
En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades.
Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos…
3- EN LA ESPERANZA
Dice el Papa Francisco en el Mensaje de Cuaresma 2025:
Hermanas y hermanos, gracias al amor de Dios en Jesucristo estamos protegidos por la esperanza que no defrauda (Rm 5,5). La esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme …
Y en una Homilía del 29 de octubre de 2019, en Santa Marta, compartía:
“Si queremos ser hombres y mujeres de esperanza, debemos ser pobres, pobres, no apegados a nada. Pobres. Y abiertos hacia la otra orilla.
La esperanza es humilde, y es una virtud que se trabaja – por decirlo así – todos los días: todos los días es necesario volver a tomarla, todos los días debemos tomar la cuerda y ver que el ancla está fija allí y que yo la tengo en la mano; todos los días es necesario recordar que tenemos el anticipo, que es el Espíritu que trabaja en nosotros con las cosas pequeñas.
¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás?
Para pensar y reflexionar:
- ¿Qué fruto queda en mi corazón después de la lectura profunda del Mensaje del Papa Francisco?
- ¿Qué nueva luz ilumina mi mirada hacia quienes comparto la vida?
- ¿Hacia dónde y cómo me siento invitado a caminar?