Virgen de la Sonrisa

Nos decía el P. Ángel Rossi sj, hace unos años:

“Manos Abiertas, adopta desde 2017 (para los 25 años de Manos Abiertas en Argentina) a la Virgen de la Sonrisa, como Madre, Patrona y Protectora. Lo hace porque esta bella imagen tiene las manos abiertas, por lo tanto tiene el sello de nuestra misión…

Todas nuestras Obras necesitan de la Sonrisa; cada Obra necesita vivir desde el servicio sonriente.

Sonrisa y manos abiertas nos hace mucho bien y hace de nuestro voluntariado un modo de proceder que abre puertas y derrumba miedos…

Nuestro servicio se tiene que caracterizar por ser un servicio gozoso, que muchas veces está atravesado por contradicciones y desafíos ; pero que estos, no deben hacernos olvidar que nuestro voluntariado requiere hacerlo “con gusto”. Gusto que se expresa en la sonrisa franca con la que llegamos al encuentro de los Patroncitos… Ellos siempre agradecen nuestra sonriente atención.

Pidámosle a nuestra Madre de la Sonrisa que nos ayude a ser perseverantes en la sonrisa.

La sonrisa tiene fuerza curativa, cicatriza heridas, suaviza dolores, hace más llevaderos los tiempos difíciles. Las personas que sonríen nos ayudan a sobrellevar lo adverso”

Que María Madre de la Sonrisa, nos regale vivir con las manos abiertas, desde nuestra hermosa misión alegres en la esperanza y comprometidos en el servicio.

Hoy especialmente la invocamos, 13 de mayo, nos confiamos a Ella para que guíe nuestro caminar juntos… Que cuide el don de la alegría y de la esperanza que Dios puso en nuestro corazón

🙏🏼 ¡Madre y Protectora de Manos Abiertas ruega por nosotros!

Nos encomendamos✨ Desde >AQUÍ< podés descargar la estampa con la oración para impresión

Santa Teresita de Lisieux y la Virgen de la sonrisa

Al morir su mamá, Teresita adopta a su hermana Paulina como su segunda madre. En 1882 Paulina entra al Carmelo en donde luego se convirtió en la Madre Inés de Jesús.

La partida de su hermana, Teresita la vive como un abandono lo que la lleva a enfermarse con frecuencia. La tarde de la Pascua de ese año sufre de temblores nerviosos que llegan a durar seis semanas.

El sufrimiento que le significaba la ausencia de Paulina la arrastran hacia un comportamiento regresivo en el que manifiesta su deseo de ser “mimada como un bebé”. Teresita sufre de  tristeza profunda psicológica y espiritual.

El 13 de mayo de 1883, en fiesta de Pentecostés, Teresa se vuelve hacia la imagen de la Virgen que se encuentra al lado de su cama.

“De repente la Santísima Virgen me pareció bella, tan bella que nunca había visto cosa tan hermosa, su rostro respiraba una bondad y una ternura inefables, pero lo que llegó hasta el fondo de mi alma fue la arrebatadora sonrisa de la Santísima Virgen. En aquel momento todas mis penas se disiparon. Dos gruesas lágrimas brotaron de mis párpados y se deslizaron silenciosamente por mis mejillas, pero eran lágrimas de pura alegría… ¡La Santísima Virgen, pensé, me ha sonreído!”  Escribió Santa Teresita en su libro Historia de un alma unos años antes de morir. Nunca más se separó de esa imagen que la acompaño hasta su muerte.

Desde aquel día la imagen fue conocida y recordada como la “Virgen de la Sonrisa” y muchos fieles y devotos de Santa Teresita acudirán a ella para obtener de Dios la gracia de la alegría.

 

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