A veces, las palabras no expresan lo que ocurre en nuestro interior, mientras que nuestras manos lo expresan todo.
Lo sabemos, las manos acarician, transmiten energía, aman, ejecutan una melodía, esculpen, modelan, dibujan, ayudan… son el complemento perfecto del cerebro.
Las manos se extienden para tocar el mundo que nos rodea percibiendo nuestro medio ambiente y adaptándolo a nuestras necesidades. Trabajar con las manos (abiertas) implica trabajar con el tiempo, no como dueño, sino como servidor, con respeto y fundamentalmente amor.
Es increíble la capacidad de percibir, sentir y expresar que llevan a cabo y que juntos podemos lograr, siendo cada día portadores y testigos de una esperanza creadora.
¡FELIZ DÍA!
A quienes trabajan y a quienes como voluntarios, también brindan sus manos como si fuese un trabajo
