Hoy 5 de diciembre, celebramos el Día Internacional del Voluntario, esos corazones que, sin ruido, sostienen el mundo un poco mejor cada día.
En este año de Jubileo, la invitación a abrir puertas nos encuentra de lleno: cada obra, cada gesto, cada visita y cada escucha es una puerta santa que se atraviesa con amor.
Gracias por su servicio generoso, por ofrecer el tiempo como quien ofrece una plegaria, por hacer de cada encuentro un lugar donde Dios se cuela despacito y transforma todo.
Las obras de Manos Abiertas caminan gracias a ustedes.
Que este día renueve la alegría, la fuerza y la esperanza para seguir entrando —una y mil veces— en las puertas donde el dolor espera, y salir con el corazón un poco más vivo.
Gracias por servir con ternura, con fe y con una perseverancia que inspira.
Gracias por ser abrazo, compañía y puerta abierta.
¡FELIZ DÍA!
